En medio del mundo racional y utópico del siglo XIX aparece S. Freud con su descubrimiento del subconsciente: Resulta que debajo del sujeto pensante todopoderoso había un subconsciente, y lo que parecía verdad está mediatizado por los impulsos y los instintos, y lo que parecía libertad no es tan libre de poder decidir porque se encuentra oculta e internamente condicionado. Se aterriza en la persona concreta, real, con sus miedos y fobias. El hombre no es tan racional, debajo de lo consciente hay un mundo de pulsiones, de impulsos e instintos… su libertad no es más que una apariencia, una máscara que cubre la realidad de que son otras las instancias que deciden. Es difícil exagerar el impacto que las ideas de Freud crearon en el mundo cultural de su época.
No es que se pensase antes que no había elementos no voluntarios en la psique. Lo hemos visto en el realismo, que lo conoce, pero concede la primacía a lo voluntario y libre. El tema es que debajo de la racionalidad, debajo de lo consciente hay un mundo desconocido y su influencia en lo consciente es mayor de lo que se piensa, hasta convertirse en la instancia decisoria, con grave perjuicio para la libertad, incluso su eliminación.
Con Freud nos encontramos 20-30 años después de Darwin y su teoría de la evolución de las especies. Freud aplica esas ideas al hombre. El hombre es ahora un animal más, producto de la evolución, con instintos igual que todos los animales, sometido a todas las leyes físicas, químicas, biológicas, etc. Su psique es una creación temporal, una sucesión de hechos condicionantes, comenzando desde la infancia y la propia relación con los padres (esta aportación de Freud sigue siendo fundamental). La consecuencia evidente es que el hombre deja de ser un ser por encima de lo creado (espiritual), cuya verdadera patria no está en otro mundo, está en este (esta era una visión ya deducida en el realismo).
Además, no es lo consciente lo que decide, sino lo subconsciente siguiendo las leyes de la ciencia: la ley de causa-efecto, como cualquier otra ciencia. Freud piensa que si hay unos efectos concretos en la conducta (consciente): la neurosis, esta es debida a causas subconscientes.
El segundo elemento aportado por Freud junto al subconsciente, es el papel de la sexualidad. Hasta ese momento se trata de un tema enteramente tabú, en realidad el tema tabú por excelencia. Freud no solo habla abiertamente de él, sino que lo convierte en el centro de sus explicaciones. No solo hay un subconsciente, sino que se trata de un subconsciente dominando por la sexualidad: lo que había debajo de esa corteza de racionalidad consciente era ni más ni menos que sexo, este podría ser un resumen del impacto cultural de las ideas de Freud.
Hay otras consecuencias. Ahora los problemas no proceden de una conducta (libre) que los crea, sino que es esa conducta la que procede de unos problemas anteriores: nos vamos a la infancia y al pasado para entender la formación del subconsciente. La psicología centra su atención en el pasado de la persona.
Otro cambio importante: nos encontramos ante una persona concreta, se pierde enteramente el punto de vista global de la razón. Además esa persona es mucho más real, con sus miedos y fobias.