En esta entrada voy a hablar de cómo se integra la palabra en el mundo humano.
La palabra es un conjunto de signos. Es un signo, no un símbolo. El signo es una relación convencional (por acuerdo entre quienes lo usan) entre referente (el signo) y la referencia (realidad significada). El signo se agota en indicar la referencia. El símbolo es una mediación entre el sujeto y una realidad más amplia. El símbolo también es convencional, pero no se agota en la referencia, sino que el mismo alude una realidad más amplia, es decir la significación del símbolo está motivada (Piaget), no es puramente asignada. Ejemplo la bandera: la bandera es un símbolo, también es un signo que se refiere a un asta y un lienzo con colores. Pero es símbolo, porque ese signo se refiere también a una realidad más amplia, por ejemplo, la Unión Europea. El arroz (el término) es un signo, se limita a hacer referencia a la planta y a sus granos. Ojo no confundir símbolo con el hecho de que un signo único puede serlo para varias referencias: «camello» se refiere a un «animal con joroba del desierto» y a «persona que lleva droga». Esta doble asignación es convencional, tiene motivos, a veces de conexión entre significados, pero no deja de ser convencional, el lenguaje podría haber ido por otro sitio.
La clave de la relación entre referencia y signo se encuentra en la significación. El signo es la palabra, la significación la relación entre la palabra y la referencia. La significación es siempre una generalización. Un signo es tal porque se puede aplicar a muchas referencias. Cada palabra es una generalización. Una palabra sin significado es un sonido vacío que no forma parte del habla humana.
«La generalización es un acto verbal del pensamiento que refleja la realidad de un modo radicalmente diferente a la sensación y percepción» (Vygotsky, Pensamiento y lenguaje, p. 52). Para Vygotsky hay 2 saltos de nivel entre:
- Ausencia total de conciencia (piedra) y sensación (caracol)
- Sensación y pensamiento (generalización, sistema de signos).
Es decir hay la misma distancia entre piedra y caracol que entre caracol y ser humano. Este punto marca la especificidad de lo que significa la palabra si se compara con los demás sistema de relación, tanto con la esfera biológica, como con la psicológica, utilizando la terminología que empleamos en este blog.
Cómo podemos generalizar, cómo podemos construir universales, por qué somos capaces de llamar árbol a todos los árboles y tener un porcentaje de acierto verdaderamente increíble. Este es el problema que ha angustiado a la filosofía desde los griegos. Las soluciones de Platón y Aristóteles siguen siendo puntos clave del pensamiento. Aquí hemos preferido el enfoque basado preferente en Vygotsky porque nos parece más útil desde el punto de vista de entender la conexión entre experiencia y palabra y la comunicación.
Estamos hechos para la localización de signos, el cerebro los localiza a una velocidad increíble. Somos capaces de distinguir la letra «a» escrita de mil formas diferentes. Para leer incluso ni necesitamos leer todas las letras, integramos y chequeamos lo que se acerca… al significado, no a la forma; para fijarnos en la forma lo tenemos que buscar expresamente. También chequeamos rapidísimamente las formas de un mueble para determinar que es una «silla». Es decir, trabamos de forma inmediata con los significados.
Para reafirmar esta idea de que estamos hechos para el habla hay que decir que todos los hombres hablan una lengua, quizá no escriben (otro sistema de signos para las palabras), pero siempre hablan. Truffeau hizo una película hace años sobre el caso real de un niño que crece en un bosque de Francia y cuando fue encontrado no andaba erguido y tampoco tenía lenguaje, solo gritos y gruñidos, había vivido con lobos y se había adaptado a esto. El ejemplo subraya el hecho que, lo que no pudo asimilar para hacerse hombre (y no lobo), era un lenguaje de significados.
La palabra en sí misma es una generalización que hace referencia a un conjunto de signos elaborados a partir de nuestra experiencia, es todo un sistema para integrar las experiencias, las vivencias. Es muy importante tener en cuenta que no se transmite solo algo abstracto, general, no transmitimos solo la generalización, se transmite un mundo de experiencia, se transmite una cultura. Detrás de cada lenguaje hay una cultura, en el sentido más amplio de esta palabra, es decir, un modo de afrontar y entender de modo integral el mundo.
Esto lo realizamos a través de tres parámetros que se funden en el lenguaje de signos que es la palabra: verbal, paraverbal y silencios.
Significado verbal: cada persona define de un modo diferente los significados de cada palabra, Las palabras tienen coloración afectiva, han sido teñidas por nuestra experiencia. La definición es un cajón, que a la vez que significa, también limita: es una labor de etiquetado.
Paraverbal: las palabras no llegan neutras, como en las gasolineras «ha escogido, gasoil» van siempre acompañadas de nuestra situación afectiva del momento: situación en la que estamos (día gris), énfasis (importancia para nosotros), intencionalidad, etc.
Silencio: indica mucho nuestra actitud, el espacio que nos merece el otro, nuestra escucha, nuestra apertura a él, etc.
El conjunto de los 3 parámetros es lo que denominamos lenguaje, que no es el lenguaje abstracto del diccionario, sino el lenguaje vivo de cada persona y su comunidad de vivencia.
Tengo una duda. Si el signo y el símbolo son cosas diferentes, ¿porqué los estructuralistas incluyeron al símbolo en la clasificación de tipos de signos? No recuerdo quién fue, pero sé que un lingüista moderno reflexionando sobre el signo, dijo que este podía ser de tres tipos: indicio, icono o símbolo. ¿O me equivoco? a lo mejor he entendido mal lo que este autor quería expresar. Si usted pudiera ayudarme a resolver esta duda, por favor, se lo agradecería mucho.
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Un signo se da por la relación semiótica de lo designado, el designante y la representación; mientras que un símbolo es una representación gráfica que puede ser parte del signo. Un ejemplo de esto es: dos pajaritos significan el amor, las medias lunas y las estrellas de David son símbolos.
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