La palabra tiene mucha, muchísima fuerza y muchas funciones, aunque se trata de esa palabra conectada con todo lo que es la persona, no la palabra desencarnada, lejana de la experiencia personal:
- Conoce, sabe, nombra, designa, califica, señala,
- Explica, enseña, diseña, abre posibilidades, cierra, organiza, amplia mundo, conquista, integra personas y realiza proyectos…
- Concreta, dispersa, reúne, enumera, organiza,
- Evoca, llama, convoca, recuerda, sana, anima, conecta, plantea, inflama, manipula, seduce, atrae, impulsa, ofende, duele, engaña, ilusiona, suaviza, enardece…
- Respeta, agrede, reclama, exige, solicita, pide, defiende, ataca, separa, acuerda, aísla…
- Habla de nuestro mundo, de nuestra sensibilidad, nos afirma, nos construye, nos alegra, nos entristece, nos enfada
- Nos conecta con los demás, nos hace compartir, nos integra con los demás, tiende puentes, forma grupo, …
Todo esto es lo que hacemos con la palabra y de todo ello tenemos que ser conscientes cuando la utilizamos. El cómo la utilizamos es lo más fundamental. Esta es una enseñanza importante, estamos muy “enseñados” sobre el significado de la palabra, sin embargo cómo la utilizamos es más importante, nuestras relaciones, nuestro mundo se va a configurar alrededor de ese cómo.
Por ejemplo si nuestra palabra es agresiva, nuestro mundo, nuestras relaciones son agresivas, la palabra configura el mundo en el que vivimos, no podemos olvidar esto. Cada uno poseemos una palabra personal, nuestra, hecha de nuestras experiencias, de nuestra sensibilidad y de nuestro estado de ánimo, desde ahí configuramos nuestro mundo, que va a estar teñido del mismo color que tiene nuestra palabra. Tenemos que ser conscientes de ese color y aprender a descubrir cuando varía. Esto es uno de los puntos necesarios del autoconocimiento.
Callar, cuando algo nos duele, nos quema en las entrañas, es lo peor que podemos hacer, primero por nosotros mismos: las emociones son proceso, circulan, necesitan circular. En segundo lugar por los demás: el único modo de contactar con las personas, de crear vínculos es hablar, establecer un diálogo. Comunicarse es lo natural y es necesario para el hombre. Las patologías mentales siempre dan como resultado patologías de la comunicación personal, y la forma de abordarlas es precisamente recuperando la propia palabra, la propia comunicación.