Voy a poner un ejemplo gráfico para ver de un modo diferente que significa la intimidad sobre la que estamos hablando.
Se trata de película Blade Runner, dirigida por Ridley Scott, estrenada en 1982 y basada parcialmente en la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Wikipedia). La traigo como ejemplo, aún a sabiendas de que es una película de los 80, porque es realmente un clásico que acierta con temas universales, entre otros el de la intimidad. La película es una reflexión sobre que significa ser humano.
El argumento trata de la persecución de «replicantes» por un policía (Harrison Ford). Los replicantes son clones humanos creados en laboratorio como robots biológicos al servicio del hombre, a los que se les encargan los trabajos más duros y deben estar siempre al servicio de los humanos. El problema es que se revelan y hay un cuerpo especial de la policía que sencillamente elimina a los rebeldes. La ambientación de la película es espectacular al servicio del argumento: un
mundo del futuro, donde siempre llueve y está oscuro y donde parecen sobrevivir desechos humanos por las esquinas. El diálogo hacia el final de la película entre Harrison Ford (policía) y Rutger Hauer (replicante) es antológico.
Esos clones humanos, los replicantes, para poder funcionar reciben un equipamiento de memoria, que llena el hueco de memoria real que les falta, ya que son creados adultos (como sucedió con la oveja Dolly) y no tienen infancia ni juventud. Sin embargo esa memoria injertada, igual para todos, no les basta y los replicantes se hacen las preguntas que todos los humanos se hacen: cuál es su origen, quién es su padre y cómo adquirir sentimientos y empatía, algo que en la película especifica lo humano (la prueba que se hace para descubrir a los replicantes ocultos es precisamente una prueba de empatía, el test Voight-Kampff).
Mi lectura de la película es que unos pocos recuerdos no trabajados, no reflexionados, no meditados no sirven para conformar una identidad. Hace falta un trabajo más profundo y hacerse preguntas. Intimidad es toda la reflexión del yo según el esquema que acabamos de mostrar y no se puede construir con cuatro recuerdos dispersos y estereotipados. Construir nuestra intimidad
es un trabajo que dura tanto como nuestra vida. Y esa reflexión se hace diálogo desde la propia experiencia, como sucede en la película: «he visto cosas que vosotros nunca veréis…», con el diálogo que comienza el replicante.