Descubrir lo positivo

Estamos en otra entrada sobre el enamoramiento, y con esta son ya 13.4697408_s

Por conocer al otro en sí, en su totalidad, como fin y no como medio, es justamente el enamorado quien conoce a fondo, con verdad. Se dice que el amor es ciego, pero estamos viendo que lo que se produce es una concentración de la atención. Al estar concentrado en su punto de interés, el enamorado parece a los demás más bien distraído: está como abstraído, porque sólo le interesa el amado y aquello que concierne a su amado. El enamorado sólo tiene ojos para su amor. Por tanto, cuando se dice que el amor es ciego se apunta más bien a que parece que el enamorado no ve lo negativo, ve solo lo positivo. Es este un efecto de la admiración, del descubrimiento del valor, de descubrir lo que hace al amado diferente y singular.

Como hemos visto, la admiración es aquello que nos hace sentir lo real a través de lo bello. De hecho a las personas que amamos le decimos que son guapas, que son preciosas, y lo decimos porque eso precisamente es lo que vemos. Todo lo real es bello. La admiración se dirige a lo positivo, a lo que es, a lo que existe y de eso ve lo bello. Es por eso que sabe que es bueno; el enamorado no ve lo malo, ve lo bueno, lo mejor de la otra persona, y lo presenta del modo mejor. Quien ama descubre lo bueno de aquello que ama. En resumen, el enamorado va desde lo bello a lo bueno. Ese es su camino, emocionalmente lo bello le llena de sentido, le predispone a favor.

El enamorado ve lo positivo, por eso tira siempre para arriba, ve lo mejor, saca el mejor partido de su amor. Nadie como el enamorado anima, empuja, levanta: al precio de su propia vida. Le interesa tanto lo amado como su propia vida. El enamorado, al ver lo positivo, se compromete con ello, con lo bueno que él ve de la otra persona; en el mismo acto de verlo y comprenderlo está el compromiso: vemos que nos afecta, que nos va la vida en ello. El compromiso sigue la vía del enamoramiento. Sin enamoramiento no nos implicamos en las cosas, las pasamos por encima, sin descubrir su belleza, su intríngulis.

Voy a sacar una conclusión importante. Si no amamos a alguien, no vamos a ver lo positivo en él/ella y no podemos ayudarle como persona. Por eso todas las profesiones que tocan a la persona, necesitan vocación, necesitan que quien la ejerce se haya enamorado de su actividad, y la practique con la delicadeza y respeto del enamorado. Igualmente si no nos gusta nuestro trabajo, lo que hacemos, si no descubrimos su belleza, nos va a ser muy difícil llegar a fondo en él, descubrir la luz que encierra. Esa luz solo se enciende para quien se enamora de lo que hace.

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