La revista Scientific american en septiembre incluye un artículo con ese título y la infografía que adjunto. La infografía recoge los cambios anatómicos del esqueleto humano que han posibilitado la posición erguida y el uso de herramientas, la afirmación es: «Los rasgos contrastantes del cuerpo humano no son una novedad de nuestra especie. Más bien aparecen poco a poco en nuestros antepasados a lo largo de millones de años. Muchos de esos rasgos apoyan la existencia de 2 tendencias definidas en nuestra evolución: caminar erguidos y el uso de herramientas». Pienso que se puede afirmar que la posición erguida habitual, caminar erguido, es una característica específica del ser humano entre los demás animales. La pregunta importante es, sin embargo, en qué hace especial al ser humano su posición erguida.
En mi opinión hay 2 líneas de respuesta, ambas muy importantes. La primera es la que he considerado fundamental durante años. El homínido antecesor del homo sapiens adquiere la posición erguida al bajarse de los árboles y constituir a la sabana en su hábitat. La posición erguida le permite adquirir mucho horizonte. Tener mucho horizonte es lo que le convierte en un gran cazador: le permite avistar las presas a distancia, le permite escoger el mejor camino para atajarlas, etc. Ver a distancia también proporciona elementos de seguridad, porque permite avistar a distancia los peligros posibles. Todo esto fomenta la prevalencia de la vista sobre los demás sentidos y está asociado al desarrollo del cerebro. Es decir, posición erguida, crecimiento del cerebro y prevalencia de la vista hacen recorridos paralelos entrelazados.
Hay un segundo elemento, no menos importante. La posición erguida proporciona una situación de superioridad en la comunicación corporal entre los demás animales y especialmente los mamíferos. Es decir entre los animales aparece uno que se presenta erguido, es decir, hay un animal que muestra una posición de superioridad que es fácilmente detectada por los demás mamíferos. La posición erguida está asociada con el enfado como emoción básica (rabia, ira, irritación, enojo… son la familia emocional del enfado). Y el enfado está asociado con dominar el propio territorio, con marcarlo como propio. La posición erguida demuestra seguridad y es percibida como amenazadora por los demás animales (humanos o no) que tienden, en la polaridad de la relación que se establece, a sentir temor ante el gesto amenazador. El temor sitúa en una actitud de sumisión.
Tenemos multitud de ejemplos para comprobar esto. El que se me ocurre más evidente es la posición de superioridad que asume la autoridad en los grupos humanos. Los reyes siempre han puesto sus tronos más elevados y a los súbditos no se les permitía mirarles directamente a los ojos, aún hoy esto está vigente y debían dar muestras de sumisión, todas consistentes en bajar los ojos, insinuar genuflexión… en resumen estar por debajo. Bueno pues, esta imagen del rey entre sus súbditos es la que durante toda la evolución del homínido erguido hasta el homo sapiens, el ser humano ha presentado entre los demás animales.
Imposible no pensar que eso ha tenido un peso determinante en la posición especial del ser humano. Imposible no pensar que ha sido determinante en la domesticación de los animales. Perro, caballo, oveja, vaca, etc., se han plegado, se han hecho sumisos ante la postura erguida del hombre. Tanto que me atrevo a decir que sin esa postura erguida es muy posible que esa domesticación no se hubiese producido. Hace unos días encontré un video de una mujer entre guepardos que ilustra gráficamente como la posición erguida y dirigida o no hacia el guepardo determina el comportamiento de este.
Si lo que afirmo en esta entrada es verdad, entonces la dotación emocional y especialmente el enfado como emoción básica, ha jugado un papel clave en la evolución hasta el homo sapiens. Es decir el hombre no es comprensible sin sus emociones.