La religión en la pirámide de Maslow

Vamos a ver ahora en qué nivel de la pirámide de Maslow inciden la religión y/o espiritualidad. Claramente, y esa es su función esencial, tiene que ver con el nivel 5: Sentido de la vida y autorrealización. La religión constituye para la mayoría de las personas existentes el modo de solucionar esas necesidades del nivel quinto, aunque no la única. Pero dado que la función histórica de la religión ha sido y es bastante amplia cabría preguntarse si incide en algún otro nivel de la pirámide y la respuesta sería positiva.

Influye netamente en el nivel 2, ya que la religión ha sido y es uno de los elementos conformadores de la pertenencia de los pueblos y culturas. Es curioso, por ejemplo, que una vez caído el muro de Berlín, al desintegrarse la antigua Yugoslavia, las nuevas naciones nacidas, y las guerras que las han visto nacer, se han dividido de acuerdo con las religiones de los pueblos: católicos, ortodoxos y musulmanes. Después del paso de más de siglo y medio de secularización, sobre todo después del paso de la única política formalmente atea, la del comunismo soviético, durante más de 50 años, el elemento de cohesión de los pueblos ha vuelto a ser la religión.

El otro nivel en el que influye es el 3: una religión organizada a nivel social introduce elementos de seguridad en la vida personal y social. En una sociedad que se encuentre profundamente influida y permeada por la religión,  esta le proporciona muchos elementos de seguridad y estabilidad personal y social. Así lo viven las personas, tanto que desde el punto de vista de esas personas muy religiosas, una sociedad sin religión es vista como despersonalizada, sin criterios morales (de conducta), etc. La religión organizada proporciona básicamente a nivel social y personal credos morales de conducta estables, garantizados por Dios o el Ser supremo, que para el que cree constituyen una garantía de estabilidad y seguridad.

También se puede decir que la religión no influye directamente en el primer nivel de la pirámide de Maslow: atender las necesidades fisiológicas, y de hecho el comportamiento de las diferentes religiones organizadas a este respecto es dispar y nunca el primer objetivo de la religión en sí misma. Especialmente en la religión cristiana organizada, las necesidades dimanantes de este nivel son los enemigos de la religión misma. Ser religioso en muchos de sus seguidores a lo largo de la historia se constituye sobre una victoria sobre las sensaciones que detectan a nivel corporal las necesidades biológicas. Dominar las sensaciones procedentes de las necesidades biológicas se convierte en la prueba que hay que pasar para convertirse en verdadero seguidor de la religión. Una confrontación con uno mismo que confronta, hablando desde Maslow, el nivel quinto con el primero, como forma de purificación personal, como ordalía y crisol del crecimiento personal.

En resumen: en el cristianismo una dificultad para integrar las necesidades biológicas en la religión y las considera como el enemigo de la religiosidad auténtica. El mundo, el demonio y la carne son los enemigos del cristiano siguiendo la expresión clásica. La ascesis cristiana es una batalla contra las sensaciones del primer nivel que parecen atar el hombre a la tierra. Y realmente es así, porque las necesidades biológicas son nuestro punto de anclaje con la tierra. El anclaje con la tierra no es visto en positivo sino en oposición a la vida religiosa. El santo cristiano no debe estar anclado a la tierra. Se podría decir que la gran dificultad del cristianismo para una visión integrál de la persona, tal como la dibuja la pirámide de las necesidades de Maslow, es tradicionalmente y sigue siendo integrar el cuerpo y el mundo, sus necesidades básicas de un modo positivo en su vida religiosa.

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