El Adorno y las diferencias hombre-mujer

Pienso que en relación al adorno se da una clara diferencia entre hombre y mujer. La mujer tiene una mucho mayor sensibilidad para el adorno. La mujer «necesita» adornarse a sí misma y adornar las cosas. Pienso que esto es simplemente una constatación de lo evidente. Recuerdo una vez en que una hermana mía iba a salir con un chico y andaba desesperada por la casa: «no tengo nada que ponerme». El «nada» incluía además de su propio armario (que me tomé la molestia de mirar, dado lo difícil que se presentaba la situación, y casi se me cae encima al abrirlo: tan lleno estaba), el de mis otras tres hermanas y el de mi madre. Mi hermana pensaba que él ya la había visto todos los modelos. Yo traté de explicarla que, aunque ella se los hubiese puesto, él no los habría «visto», es decir, no se habría fijado… fue inútil.

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Frida Kahlo, autorretrato

Pero si la mujer tiene mayor sensibilidad para el adorno, es que tiene mayor sensibilidad para lo humano y para lo personal. Esto pienso que sin ninguna duda es así. La mujer es quien principalmente hace humana la vida del ser humano, es decir, conjuga en lo cotidiano todo lo que el ser humano sabe, todo lo que el ser humano descubre… lo sabe integrar en la vida. Las consecuencias de esta constatación son insospechadas: siempre he pensado que el futuro del mundo humano, que la solución a la sociedad fuertemente despersonalizada que vivimos pasa por la mujer: ella es la que ve la salida, la que descubre ese detalle, ese adorno que convierte en vivible, que hace por tanto hogar el paraje inhóspito. Esto será así si sabe ser ella misma, si no cede a tentación de “masculinizarse” para tener éxito, camino que resulta más fácil debido a que llevamos milenios de predominio del varón.

A la vez esto no es una descarga de responsabilidad para el varón, sino exactamente lo contrario: una llamada a la responsabilidad. La formación en lo humano es fundamental y hay que educar especialmente al varón para lo humano, para el detalle, para el regalo, para el adorno, para sabervivir la vida de cada día.

 De una forma resumida hace falta una cultura que tenga más atención a lo emocional y no solo a lo racional, que equilibre ambos mundos. El adorno se encuentra precisamente es uno de los elementos que se sitúa en el perno entre ambos mundos. Esto es una aventura apasionante porque no tenemos la experiencia.

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