Esta es la cuarta entrada comentando el libro de Martin Buber, Yo y Tu (Caparrós Editores, Colección Esprit, Traducción de Carlos Díaz. 1998), que ha sido fundamental en mi evolución y en mi manera de comprender al hombre.
¿Cómo es el prisma Yo-Tu? Oigamos a Buber: «La palabra básica Yo-Tu funda el mundo de la relación». «Cuando estoy ante un ser humano como un Tu mío le digo la palabra Yo-Tu, él no es una cosa entre cosas, ni se compone de cosas». «Así como la melodía no se compone de tonos, ni el verso de palabras, ni la columna de líneas, siendo preciso quitar y romper hasta que se ha hecho de la unidad una pluralidad, así también ocurre con el ser humano al que digo Tu. Yo puedo abstraer de él el color de sus cabellos, o el color de su discurso o el color de su bondad, y he de hacerlo continuamente; pero entonces él no es ya más Tu».
Algunas cosas más sobre el Tu, aún a riesgo de aumentar el estupor que suscita siempre lo que nos desborda, pero hay muchas cosas que nos desbordan, no todo es experimentable, reducible a objeto, es más me atrevería a decir que lo importante, lo significativo de nuestras vidas no es reducible a objeto, a relación Yo-Ello. Esa es la realidad que tratamos de encontrar en estas líneas, la realidad no manipulable, no es reducible a objeto. ¿Se puede reducir a objeto la relación con nuestra madre? ¿Y con la tierra de donde somos? ¿Y los amigos?… ¿Y la belleza del atardecer o de las olas del mar cuando amanece? No es reducible a objeto todo aquello de lo que no nos podemos separar, lo que forma parte de nosotros mismos, de nuestro ser personas. Por ejemplo, somos parte de la tierra dónde hemos nacido, de la familia a la que pertenecemos, de nuestro país, de nuestro planeta. En el fondo no somos enteramente separables de ninguna de esas cosas.
Además, en la relación Yo-Tu no hay finalidad: el bisonte se caza para quitarle la piel, ese es el hombre experimentador, pero,… ¿para qué se contempla la puesta de sol? La relación Yo-Tu descubre fines, no nos pone ningún medio al alcance, pero si nos dice para qué utilizarlos. Con la actitud Yo-Tu entramos en el reino del valor y de las finalidades.