En la estructuración de nuestro ser o para ser más preciso de nuestra psique la identidad moral tiene un peso y un peso central. A mí me ha costado mucho aceptar este punto debido al carácter heterónomo de la mayor parte de las morales que conocemos y que parece impregnar a cualquier cosa a la que llamemos moral. Sin embargo me tengo que rendir a la evidencia. La última ha sido la película «Hermanos» de Jim Sheridan, protagonizada por Tobey Maguire, más conocido por su papel en Spiderman. Os invito a verla porque es muy interesante.
El centro de la película es el cambio sufrido por Sam, el personaje de Tobey Maguire, que en una misión en Afganistán es hecho prisionero junto a otro marine. Lo cierto es que durante las presiones que recibe, Sam mata a su compañero para poder él seguir adelante. Este hecho le destroza “moralmente”, rompe de arriba abajo su estructura personal y cuando es liberado, no es capaz de recuperar su vida. En el contraste está su hermano que viene de haber sido condenado por robo, pero que en la ausencia del padre se hace cargo de sus sobrinos y ayuda a su cuñada a quien creen viuda.
Un acto moral contra los valores más radicados de Sam destroza a este, mientras un acto moralmente positivo construye y redime a su hermano. Este es el hilo argumental de la película.
Mi conclusión desde el punto de vista de la Inteligencia Emocional es que hay un conjunto de valores que conforman la estructura, la identidad moral. No se trata del conjunto de valores proclamados, sino del conjunto de valores real de la persona. Maslow en su pirámide ya dejaba constancia, en su 5º nivel, de que había unas necesidades de autorrealización que otorgan sentido a la vida. Dentro de esa necesidad o mejor dando estructura a esa necesidad se encuentran esos valores de la persona que dictaminan sobre las elecciones, de forma que cuando uno de los valores clave está en juego no podemos ir contra la elección que prescribe sin grave detrimento de nuestra propia estructura moral. Esta estructura moral es autónoma en el más profundo sentido de la palabra: es la estructura de nuestros valores y por ello de nuestras elecciones. En el caso de la película: Sam no puede matar a un compañero para seguir con su vida. En ese caso el valor “compañero” para un militar es mayo que el valor vida.
¿Qué función tiene la estructura moral? Mantener la existencia dentro de unos límites “morales” que nos la hagan aceptable. Dentro de esa estructura podemos disfrutar de la vida, de las personas, de las relaciones,… Fuera de esa estructura la vida pierde su sentido y la persona ya no es capaz de vivirla, de integrarse en ella de afrontar las dificultades. Fuera de la identidad moral se sufre una gran pérdida de sentido. El protagonista de la película es incapaz de recuperar su vida después de haber matado a palos a su compañero, precisamente porque esa “vida” ha perdido su sentido.
Esto lo saben perfectamente los torturadores de la película, y en general todos los torturadores, que buscan siempre actos contra la identidad moral que quiebren enteramente la resistencia de la persona y la dejen como un desecho “moral”, sin fuerza, sin ganas de vivir, sin sentido de la vida. El fenómeno del acoso en la escuela está conectado con una conducta de este tipo. El acosador busca siempre hacer que el acosado se sienta indigno, sin valor, busca hacer tambalear su identidad moral o le impide, dada la edad, su correcta construcción.
¿Cómo se recupera la identidad moral? Hablando, hablando desde nuestras tripas. Tenemos una necesidad de hablar para construirnos y este es uno de esos momentos en que se pone en evidencia. La mujer de Sam, Natalie Portman en la película, se da cuenta enseguida que en Afganistán ha ocurrido algo que ha roto a Sam e insiste e insiste para que este lo cuente. Solo hablando y perdonándose a sí mismo con la ayuda de la aceptación de alguien, es como se emprende el camino de la recuperación moral y se puede de nuevo volver a aceptar la vida, o mejor, a volver a aceptarse a uno mismo en la vida.