«El amigo de mi hermana» dirigida por Lynn Shelton e interpretada por Emily Blunt, Rosemarie DeWitt, Mark Duplass, es una buena y tranquila película lejos del ritmo frenético de las películas de acción, que gustará a quienes les atraigan las relaciones humanas. Toda la película esta soportada por la conversación entre los tres personajes que intervienen. Su diálogo sigue las fluctuaciones emocionales de cada uno de ellos, surge de su centro personal. Un diálogo es eso, una persona que se expresa desde su intimidad emocional. Las interpretaciones son tremendamente naturales, fluidas, como surgiendo de la realidad profunda de estar conectado con lo que se siente. Mi impresión es que es una de esas películas que solo puede dirigir una mujer.
El argumento es algo enrevesado, y eso es lo que constituye el morbo y la atracción de la película. El amigo de una mujer, es enviado por esta para que se tome unos días de descanso solo en una casa que está perdida en una isla y así en soledad pueda pensar sobre su vida. El hombre se encuentra en paro, inestable financiera y emocionalmente y con la autoestima por el suelo. Tienen una gran amistad desde hace tiempo. Al llegar a la casa que se encuentra en una isla, el hombre se encuentra con la hermana de su amiga, una lesbiana que acaba de romper con su pareja.
En la conversación nocturna alrededor de un tequila, o mejor, la borrachera nocturna contándose penas, acaba en la cama con relaciones sexuales. A la mañana siguiente aparece la hermana y amiga que en realidad está enamorada del chico y acaba descubriendo que su amigo se ha acostado con su hermana. Además en la conversación se descubre que la lesbiana ha querido tener relaciones sexuales para quedarse embarazada. Lleva tiempo pensando en tener un hijo.
¿Qué me ha impactado de la película?: la capacidad de hablar de los 3 personajes, de expresar lo que sienten, de aceptar sus hechos personales, aunque no les parezcan honrosos, sobre todo la capacidad de pedir perdón. La capacidad de ser persona a través del dialogo. Lo que el dialogo honesto y el perdón construyen a las personas.
La honradez, la claridad, abrirse, y ser capaces de decir lo siento por los errores y no tratar de justificarlos termina por recomponer las relaciones entre los tres personajes. Cada uno acaba aceptando al otro, a través de expresar lo que le gusta del otro y sus sentimientos hacia la otra persona y cada uno pide perdón por el error, que básicamente es haberse acostado con la hermana de su amiga, y desde la hermana haberse acostado con el amigo de la hermana para sacarle es esperma sin advertirlo.
La fuerza del perdón queda meridiana y no resulta fácil decir donde radica, aunque en la película es aceptar que hay cosas que no se hacen bien, lo que implica la propia libertad, se actuó de ese modo porque se quiso, y la propia responsabilidad, era posible haber actuado de otro modo. Solo aceptando la propia parte en el hecho es posible pedir perdón, y cuando se hace desde ahí tiene una gran capacidad de sanar las relaciones. Diría que la misma capacidad que tiene el sexo de interferir en las relaciones la tiene el perdón, pedirlo y aceptarlo, para recomponerlas.
Queda bien de relieve la centralidad de la sexualidad en las relaciones humanas. El sexo por un lado construye las relaciones y por otro tiene la potencialidad de destruirlas. El sexo es una palabra que deja huella, que no se puede retirar fácilmente o decir que no se ha dicho o que se ha dicho sin querer. El sexo es parte central del lenguaje entre las personas y del entramado que trenza las relaciones humanas. Y el lenguaje del sexo no es banal, es importante, dice mucho de la persona.
Uno de los aspectos que destaca en la película es precisamente la capacidad de hablar sin bloqueos, con sencillez, de la propia sexualidad, del propio impulso sexual y a la vez la consciencia de lo que eso afecta a las relaciones y de la propia responsabilidad en ellas.