Doctor Zhivago: el enamoramiento es más fuerte que la revolución

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Doctor Zhivago es una novela que Borís Pasternak consiguió publicar en 1957 en la URSS aprovechando la pequeña apertura que provoco el fallecimiento de Stalin y la llegada de Nikita Krushchov en 1957 y que le valió el Premio Nobel de Literatura. Gracias a ese pasaporte representó un inicio de apertura en el régimen. De la novela surgió una película con el mismo título dirigida por David Lean y protagonizada por Omar Sharif.  La película obtuvo cinco premios Óscar y un éxito mundial.

El argumento sigue a una pareja de enamorados en plena revolución bolchevique en octubre del 1917. Y realmente sorprende que la novela viese la luz porque es una crítica no explícita a la revolución, y no por ser velada deja de ser menos fuerte. La fuerza de la trama es precisamente que el amor es más fuerte que la revolución. Seguro que estás de acuerdo con el hecho, pero es la primera vez que se dice alto y claro.

En medio de los acontecimientos de la revolución comunista que debía cambiar el mundo llegando hasta las últimas esquinas del planeta, dos personas no tienen ojos más que uno para el otro. Esto conecta con el corazón de las personas, al menos con el mío y da mucha seguridad. Además da la razón a Freud que afirma que el amor está fuera de las sugestiones de la masa y de los fenómenos colectivos (Psicología de las masas, Alianza Editorial 2008). La película lo pone explícitamente de relieve porque en medio de los acontecimientos de masa que incluyen a millones de personas lo único que permite escaparse de la vorágine es el amor y en concreto el enamoramiento.

La psicología de las masas se basa en un elemento clave que es la admiración al líder. En el caso de la revolución comunista, Lenin. La admiración a Lenin es un elemento imprescindible para el movimiento. La admiración es una captación de la atención. Para que el fenómeno de masas se produzca es preciso que haya un líder al que todos admiren. Los casos de Rusia y de Alemania algunos años después con Hitler son paradigmáticos.

El enamoramiento tiene la admiración como uno de los sentimientos integrantes. La admiración hace que la atención quede prendida en la persona que se admira. Tiene además un aspecto de sumisión: se está dispuesto a hacer cualquier cosa por esa persona. No todas las emociones sitúan en una relación de sumisión, la alegría por ejemplo nos hace iguales y el enfado nos sitúa en situación de dominio. De hecho hay un antiguo rechazo cultural a la admiración que seguro has oído, dice algo como: «mira el niño con la boca abierta, está embobado».

La admiración es de la familia de la sorpresa como emoción básica. Esta es la emoción que nos abre a lo nuevo. Esa apertura tiene un aspecto de sumisión. Estar abierto es dejar que el objeto que se admira pueda entrar y pueda generar el cambio que es precisamente lo que admiramos.

Además, y sigo a Ortega, como en otras entradas sobre el enamoramiento, el encantamiento es también un sentimiento del enamoramiento. Por el encantamiento la persona queda captada, prendida en el otro. No sé qué te parecerá, pero estarás de acuerdo que estar enamorado deja a merced del otro.

El resultado de ambos sentimientos es que el enamorado está captado por la persona amada o más en general para el objeto amado. El enamorado solo tiene ojos para su amada. Esto tiene el efecto que los demás objetos pierden interés.

No se puede estar admirando dos objetos a la vez. La admiración por la persona amada mitiga e incluso en su extremo puede llegar a anular otras admiraciones. En el caso de Doctor Zhivago saca mentalmente a los protagonistas de la revolución, les enfoca uno en el otro, y al hacerlo la revolución es relativizada. Su enamoramiento introduce distancia con la revolución.

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En los fenómenos de contagio colectivo se produce una disminución de la capacidad racional conforme se incrementa ese contagio. Si hay un enamoramiento la sugestión del fenómeno se atenúa y no tiene su efecto. Curiosamente los enamorados pueden ser críticos con la revolución.

En sentido contrario los fenómenos de sugestión por un líder tienen coincidencias con el enamoramiento y pugnan por poner sentido a la vida. El enamoramiento otorga sentido a la vida: estar con el amado. Los fenómenos de contagio colectivo deben también acabar en acción, en un sentido. Evidentemente en el enamorado los dos sentidos colisionan. Esto en la película se ve muy claro porque la revolución es una propuesta de futuro, una utopía hacia la que ir. Los enamorados que ahora quieren estar juntos pierden interés en ese seguir la utopía.

Frente a los grandes ideales de la revolución se presenta el pequeño y concreto ideal de la pareja de vivir juntos. Ambos ideales pugnan entre sí, la utopía contra el amor. El drama de la novela y la película está precisamente en esta pugna. Por esto precisamente la novela tiene ese sesgo crítico frente a la revolución.

Para Freud «el sexo solo no elimina la sugestión del grupo» (p.80). El sexo otorga el mismo valor a los objetos sexuales, por eso es compatible con la revolución. Enamorarse es precisamente valorar la diferencia de una persona, por ello se quiere estar con ella y con nadie más. «Estar enamorado significa valorar desmesuradamente la diferencia entre una mujer y otra» dice con su sorna habitual George Bernard Shaw (citado por Freud, p.80). Sexo y enamoramiento no son lo mismo y aquí puedes verlo claro.

Resumo la admiración del enamoramiento es incompatible con otras, y el enamoramiento pone el sentido prioritario de la vida, los demás deberán subordinarse a este. El enamoramiento es más fuerte que los fenómenos de contagio colectivo. Los fenómenos de contagio colectivo tienen algo de enamoramiento.

El mensaje de que el enamoramiento rompe todos los límites y barreras culturales, de raza, de religión, de clase social, es una constante del cine. Seguro que conoces ejemplos. Pero, ¿se da ese mismo fenómeno entre la gente real que conoces? Las parejas que conoces, ¿rompen límites sociales, culturales, de religión? o en tu opinión se arriesga poco porque a medio plazo esas diferencias afloran y afectan a la convivencia de la pareja, a la educación de los hijos?

La película tiene ahora ya 50 años y te resultará algo lenta y en ciertos momentos pesada, pero espero haberte animado a ver ese mensaje que a mi entender merece la pena. Ya me dejarás aquí tu opinión.

Un comentario en “Doctor Zhivago: el enamoramiento es más fuerte que la revolución

  1. Precisamente ahora, acabo de dejar un comentario en el Face de Javier Marías de su libro Los enamoramientos que en inglés han traducido como The infatuations. En el diccionario de inglés que manejo traducen «infatuation» como: capricho, deseo; según Antonio Gala la etimología de la palabra capricho esta emparentada con la de cabra. Estemos locos o no, buscar el fracaso de un país en la educación y el modo regalado con que encaramos la vida no va a solucionar ningún problema y si podría aumentarlo porque aunque el valor se presuponga a todos, una guerra es una guerra y todos no tenemos la misma habilidad para hacerla. Zhivago no sólo era doctor, también era millonario (bueno, noble, es que he traducido a lenguaje de 2016). En mi opinión, todo tiene su tiempo como bien recoge el Eclesiastés, superar mal la etapa del enamoramiento no se traduce necesariamente en triunfo social o/y económico y viceversa, al menos así debería ser. La formación tendenciosa lo deforma todo y hablando en plata se llama fascismo o comunismo, yo prefiero que me den una oportunidad en un marco de respeto a las leyes. y eso se llama Democracia.

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