Divergente (Divergent) es una saga de películas basada en las novelas de Veronica Roth, dirigida por Neil Burger y protagonizada por Shailene Woodley, Theo James y Kate Winslet. Ahora acaba de aparecer en los cines la tercera entrega.
Primero tengo que reconocer que hago esta entrada después de ver las 2 primeras entregas de la serie y mi conclusión es esa: Divergente es una metáfora del ser humano, un dibujo antropológico de lo que es el ser humano. No sé qué te parece pero voy a desarrollar mi idea.
Toda la sociedad encerrada dentro de un muro refleja a un ser humano con sus diferentes dimensiones y capacidades y cómo se relacionan estas: su capacidad para el encuentro y para el desencuentro, la persona vista como un escenario con diversos actores y sus acuerdos, a la vez que teatro para las ambiciones. Es decir es un ser humano visto desde su interior. Voy a explicarme con más detalle.
Las facciones son diferentes facetas de la persona humana convertidas en personajes. Osadía se sitúa a nivel emocional y se refiere al enfado y a todo lo que tiene que ver con la agresividad. Cordialidad también se sitúa a nivel emocional y también se refiere al sentimiento social del ser humano, cuya pérdida se gestiona con la tristeza. No utilizan el enfado, sino que adoptan en los conflictos, que llevan mal, una actitud sumisa. Abnegación es la actitud de entrega a una causa, de darse personalmente al servicio de un ideal. Erudición tiene que ver con el conocimiento y la racionalidad, escuchar y considerar todos los puntos de vista. Verdad se sitúa al nivel racional y tiene que ver con el conocimiento propio: comienza con la honestidad, que es la capacidad de reconocer lo que sentimos. Hasta aquí supongo que vamos de acuerdo.
Todas estas facciones, igual que en el ser humano común, pugnan para lograr una primacía entre ellas y cada una se considera a sí misma la más importante. Bueno todas menos cordialidad, que posee una visión buenística de ser humano, cree en la armonía y renuncia a cualquier agresividad, por ello vive en el campo en armonía con la naturaleza. Esto casi constata lo que se ve en las películas.
Y como en toda sociedad y en toda persona, hay elementos tapados, ocultos, no reconocidos, relegados a la oscuridad: eso son los abandonados, nuestro subconsciente. Elementos que siempre pugnan por salir a la luz y disputar la primacía a los elementos racionales, a las emociones conocidas y aceptadas. Los abandonados representan la oscuridad del hombre. Para completar bien la metáfora los abandonados deberían representar mejor los instintos, impulsos y deseos no reconocidos, pero el guion ha optado más por la falta de reconocimiento y por personificar el lado oscuro, poniendo el acento en la desigualdad. Este punto de los abandonados es a mi parecer el más flojo de mi tesis, aunque con algo de cariño también entra.
La sociedad, que se considera a sí misma la humanidad, se encuentra encerrada dentro de unos muros y desconoce lo que hay más allá. Esto es también una metáfora del ser humano, la misma que Giacomo Leopardi recoge tan bien en su poema: El infinito: el hombre sentado detrás de la valla de su jardín preguntándose qué hay detrás. Este carecer de un objetivo común enreda al ser humano en luchas intestinas. El ser humano busca siempre un sentido, un más allá, superar los límites, ir a lo desconocido. Y se siente único dentro de sus muros, cuando no está solo en el amplio universo. Esta es una idea del ser humano que a mi parecer está en el trasfondo de la trama y que yo comparto.
Solo es capaz de superar los límites cuando se pone en paz consigo mismo, cuando pone orden dentro. Eso es lo que hace Tris, la protagonista, y es la esencia del ser un divergente: encajar en todas las facciones, reunirlas a todas en unidad. Eso es el centro de la segunda entrega: una prueba en la que Tris debe encajar con cada una las facciones y al lograrlo, obtiene la llave de la caja que permitirá a la sociedad salir de su encierro. En esa operación participan también los abandonados, como no podía ser menos. Aquí llegamos a conclusiones y, no sé qué te parecerá a ti, pero la armonía de todas las facciones, la armonía interior es uno de los elementos de la trama que hace tan popular a la película, porque consigue que el público se identifique.
La identificación se produce especialmente con la protagonista. Tris, la divergente, es precisamente el símbolo de que todos somos diferentes, de que la riqueza que cada persona humana aporta es precisamente esa diferencia, lo que nos hace diferentes. Sin aceptar la diferencia el ser humano se queda en las luchas intestinas, tanto cada individuo en particular como las sociedades. Aceptando la diferencia como riqueza el ser humano puede superar todos los límites.
Desde luego me gustaría tu opinión y tus comentarios sobre mi tesis, sobre lo que te encaja de ella y lo que te desencaja.
Hola, buenas tardes.
La palabra DIVERGIR, según el diccionario de la Real Academia Española, proviene del latín divergĕre. La cual significa lo siguiente: Dicho de dos o más líneas o superficies: Irse apartando sucesivamente unas de otras. Así como también: Discordar, discrepar.
Por lo anteriormente expuesto, es seguro que los «DIVERGENTES» de la película «DIVERGENTE» eran opuestos al sistema de gobierno que querían establecer para esa sociedad, por lo que al discrepar de no pertenecer a una sola facción, es obvio que, iban a buscar su muerte lo antes posible, puesto que toda persona que se opone o enfrenta a un sistema poderoso, jamás podrá «vivir en paz» mientras este aún viva.
Saludos.
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