La idea para esta entrada me ha venido leyendo una entrada de Pablo Malo, psiquiatra, Explicando el Postmodernismo, en su blog Evolución y Neurociencias, Domingo, 12 de noviembre de 2017. Os animo a leerlo porque es muy interesante.
En realidad, escribe sobre el libro, Explaining Postmodernism. Skepticism and Socialism from Rousseau to Foucault, del filósofo Stephen R.C. Hicks.
Llego a la conclusión de que Hicks es anti-postmoderno y con armas intelectuales propias de la modernidad, trata de reducirlo al terreno político, en el que se deduce que es profundamente nocivo, ya que “balcaniza y genera conflictos” que “solo se resuelven por la fuerza” y sobre todo se aleja de (tiene nostalgia de) su muy amada realidad objetiva alcanzable por la razón.

Emmanuel Kant
Comenzando algo bruscamente, aparece que… el postmodernismo “afirma que no existe una realidad independiente ahí fuera”. En mi opinión esto no es exacto, la postmodernidad lo que afirma es que no podemos conocer la realidad en si misma, aquí Kant tal como dice la misma entrada, y por ende la realidad no preocupa, esto si es importante, preocupa la propia realidad.
También se afirma que «no se da un papel a la razón”, esto en mi opinión tampoco es exacto, se le da un papel entre otros elementos del conocimiento, sobre todo, a la razón se añaden los sentimientos como necesarios para entender el conocimiento humano. El postmodernismo nace precisamente del desprestigio de la razón de la modernidad, con su papel omnímodo, capaz de conocer objetivamente. Lo que el postmodernismo niega es que se pueda conocer “objetivamente”, que todo el conocimiento es subjetivo, como afirma, aunque esto también yo lo matizaría diciendo que es subjetivo en círculos concéntricos, se va ampliando saliendo de la nuda subjetividad, pero sin dejar de ser subjetivo.
“En la historia de la filosofía Kant marca un giro fundamental de la objetividad a la subjetividad como estándar”. En realidad, quien da ese giro es Descartes, que pone la afirmación de la existencia en el “yo pienso”, en la subjetividad y sienta el precedente sobre el que trabaja Kant.
Falta en la reconstrucción de las raíces del postmodernismo la aportación de Husserl, que es precisamente la fenomenología, de la que se alimentan por ejemplo Heidegger y Sartre, y que completa de un modo clave la epsitemología de Kant. Sobre esta fenomenología se ha apoyado básicamente la psicología humanista que se desarrolla a lo largo del siglo XX.
“Al no existir la razón y la objetividad se vuelve a los sentimientos, al perder el sentido de nosotros mismos como individuos se vuelve a la identidad de grupo, resultando necesariamente a partir de ellos una balcanización de los grupos y el conflicto”. Estoy muy de acuerdo en el regreso a los sentimientos, Aristóteles ya había trabajado sobre ellos, pero no estoy de acuerdo, y parece ser la línea fundamental, en que necesariamente se vaya al conflicto, sino más bien a la búsqueda de una identidad humana personal, que necesariamente es cultural, en círculos concéntricos. Por decirlo de modo grafico, en la aldea global que es el mundo actual, se subraya la parte de aldea, porque el ser humano para vivir necesita un hogar, una aldea, una cultura, unas raíces a las que pertencer.
Parece que Hicks tiene una nostalgia de la razón, con la que se podía objetivar y llegar a acuerdos globales (ya se ve que el modernismo está por lo global y se olvida de la aldea). De hecho, los términos de la explicación son precisamente modernistas y filosóficos: objetivo-subjetivo, razón-sentimientos, etc. con todo su dualismo, que en el fondo es una toma de posición. En realidad, y lo voy a decir conscientemente, el paso a integrar los sentimientos en el conocimiento, que por tanto ya no es el conocimiento objetivo-racional, es un progreso. La ciencia ha entrado ya en esta demostración de que emociones y sentimientos son una parte fundamental de nuestra forma de conocer, fundamentando las intuiciones de Husserl y sus seguidores.
La segunda hipótesis de Hicks acerca del postmodernismo (“El postmodernismo es la estrategia epistemológica de la izquierda académica radical para responder a la crisis causada por el fracaso del socialismo tanto en la teoría como en la práctica”), que sitúa al postmodernismo únicamente en la izquierda política, es posible por un motivo que ya he indicado: el olvido de Husserl y su escuela de la fenomenología que también produce muchas ramas en el personalismo, incluso en teólogos dentro de las iglesias, especialmente la católica, vale la pena citar a von Balthasar, es decir, en creyentes. Personas como Max Scheler, Edith Stein, Gabriel Marcel, Henri Bergson,… anticipan el postmodernismo en terrenos muy alejados políticamente de la izquierda radical. Por tanto, la visión del postmodernismo es esencialmente limitada y olvida su influencia, en este caso si, global en el modo de pensar actual.

Ortega y Gasset
Para ver los excesos de lo modernidad bastaría la cita de alguien tan moderno como Ortega en La rebelión de las masas: «la mayor parte de los hombres de ciencia se han dedicado a ella por terror a enfrentarse con su vida. No son cabezas claras; de aquí su notoria torpeza ante cualquier situación concreta».
La modernidad, dado su objetivismo, ha tenido la dificultad de conocer el ser humano concreto que solo se califica por sus circunstancias, sus raíces, su cultura,… todos elementos subjetivos.
Como resumen de la postura postmoderna y moderna, cito un cuadro resumen sacado por Pablo Malo de Hicks. Espero que te guste. Desde luego agradezco los comentarios a esta tarea inacabada.