El lenguaje que utilizamos y los niños

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He de reconocer que ha sido mi hija de 8 años la que me ha llevado de nuevo a pensar en las malas palabras o malsonantes, esas que en España llamamos tacos y que tan habitualmente introducimos los españoles en la conversación diaria, sin darle importancia alguna, incluso admirando a quien los usa, digamos bien utilizados y con el énfasis correcto.

Para mi hija son la regla de la aceptación moral: un programa de la televisión o un vídeo de internet se pueden ver o no en la medida en que dicen o no tacos, según la medida de lo bien o mal que hablan los personajes. Para ella resultan disonantes, indicativos de que aquello que aparece no es adecuado para un niñx. Igualmente mide muchas situaciones y también personas por el lenguaje que oye.

He repasado los criterios morales a los que tiene acceso mi hija de 8 años y he comprobado que hay tres elementos muy claros, pero que resultan fáciles de evitar para ella: imágines de violencia o explícitamente sexuales y también escenas de miedo. Violencia, sexo y miedo suelen ser explícitos en la presentación de una película o serie y por eso fáciles de evitar para ella. Pero una vez recorridos esos filtros ya no queda nada, todo sería admisible para ella. Sin embargo, queda el filtro que más utiliza: el lenguaje que se emplea, si tiene o no malas palabras.

Lo he estado pensando y tiene razón. El lenguaje es el vehículo cultural de una película, video, programa, lo que transmite sus ideas de fondo, sus valores, en suma, lo que transmite el mensaje que el espectador recibe. ¿Qué significa un lenguaje impregnado de malas palabras? ¿qué transmite un personaje cuya habla está repleta de tacos?

Primero hay que decir que se admiten grados en su utilización, tanto en número de tacos como en intensidad, y esto sería lo primero a valorar. Es decir, primero hay pocos o muchos. Y también hay tacos casi inofensivos y otros de fuerte gravedad, gravemente hirientes o degradantes.

Pero una vez dicho esto, lo que hay decir sobre las malas palabras es que degradan el ambiente donde se vive. Afectan al respeto a las personas, a su autoestima, al marco de valoración de las cosas. Las palabras generan violencia, ninguneo, desprecio, falta de respeto, no aceptación, degradación…

Pero quizá para entenderlo mejor podemos ver las funciones positivas de la palabra. La palabra es el integrante fundamental de la comunicación humana y como seres relacionales, que viven en relación y a los que la relación construye, podemos decir que cada uno de nosotros es una palabra que se expresa, que busca ser recibida y aceptada por los demás. Una palabra original y única que busca expresar su punto de vista y ser recogida por otros, entrar en comunicación con los demás.

El contenido básico de esa comunicación son palabras, y esas palabras nos van a enriquecer o empobrecer dependiendo de su contenido.

Desde este punto de vista la palabra tiene múltiples funciones. La palabra…

  • Respeta, conecta, introduce, abre posibilidades, llama, descubre,…
  • Ama, acoge, besa, abraza, serena, tranquiliza, …
  • Explica, enseña, diseña, amplia el mundo, conquista, cierra, conoce, nombra, …
  • Concreta, dispersa, reúne, enumera, organiza, …
  • Evoca, convoca, recuerda, sana, anima, ilusiona, plantea, inflama, manipula, seduce, atrae, impulsa, ofende, duele, engaña, acerca, ilusiona, suaviza, enardece…
  • Reclama, exige, solicita, pide, defiende, ataca, acuerda,…

Y muchas otras funciones que sería imposible recoger aquí.

Entonces cuando lo que hace la palabra es agredir, introducir violencia, falta de respeto, ningunear, expulsar, humillar etc. estamos construyendo un ambiente irrespirable, una comunicación degradante… y mi hija tiene razón.

Yo quiero para mi hija un ambiente donde pueda respirar ampliamente, un ambiente de libertad y de apertura, de valoración y optimismo, de amor, de acogida y de respeto. Para eso es necesario un lenguaje claro, amante de la verdad, que valore las personas y la belleza de las cosas.

Mi conclusión es clara: es muy importante el lenguaje que utilizamos con los niñxs, tanto con nuestros hijos, como en el colegio… no todo es válido. Va a formar a los niñxs de un modo profundo, les va a enseñar valores o les va a degradar el mundo en el que viven.

Las conclusiones que saques me gustaría que las introdujeses en los comentarios, pero sobre todo me gustaría que estuviésemos atentos a nuestro lenguaje con los niñxs, ya que este les va a marcar profundamente.

En defensa de niñas y niños

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Este verano me ha sucedido encontrarme por la calle varias veces con riñas de padres o madres a sus hijos en diferentes situaciones. He visto hasta cachetes o mejor, bofetadas. Una madre enfadada con su hija porque se va distraída por la calle y ella, la madre, tiene que estar pendiente; un buen enfado, lleno de gritos y recriminaciones. En otro caso de un padre a un hijo mayor, bueno de unos 9 años, porque no ha estado pendiente de su hermano menor. En varias ocasiones porque no iban suficientemente rápidos o no han reparado en que hay mucha gente por la calle y se pueden perder.

En todos los casos los sentimientos del padre o madre son los que mandan en la situación: el miedo a que se pierda o a que lo pille un coche u otros, que genera varios gritos y una situación de violencia que el niño no entiende, porque no es quien siente el miedo.

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Un plan completo de formación en Educación Emocional para los docentes

Nos complace haceros partícipes a los lectores del blog que nos seguís desde hace de este gran esfuerzo que estamos realizando en EDUCACIÓN EMOCIONAL EN LA ESCUELA, para hacer prácticas las ideas que hemos ido exponiendo. Se trata de un esfuerzo en la dirección adecuada para innovar y mejorar la escuela. Estamos francamente orgullosos de este proyecto.

Desde hace 4 años estamos elaborando Cursos ONLINE para formar a docentes en Educación Emocional. Queremos completar un ambicioso proyecto de 15 cursos que llenan todas las necesidades de formación, tanto de habilidades de los docentes como de dinámicas para cada etapa y nivel educativo. Ahora lanzamos los primeros 6 cursos, los que se refieren a competencias emocionales del docente.

Para conseguir transmitir ONLINE la misma eficacia que en los cursos presenciales, nos basamos en la experiencia de 4 años haciendo cursos ONLINE para FERE-Madrid. Más de 500 docentes han realizado ya esos cursos con una gran participación y un éxito creciente.

Agradecemos vuestro apoyo y la difusión que le podáis dar.