Algunas influencias culturales sobre la relación de la persona con el cuerpo

Está muy extendida la idea, y aparece en múltiples manifestaciones culturales, de que somos un espíritu, o algo asimilable, que tiene un cuerpo, y, por tanto, podemos cambiar de cuerpo, irnos a otro, etc. Voy a recoger algunas influencias en la cultura que apuntan a esta idea.

Motorcycle DetailsLa película avatar es muy interesante como ilustración de la idea de que alma y cuerpo son separables: su protagonista tiene un cuerpo, y es capaz de manejar otro. Ese segundo cuerpo, el avatar, es un cuerpo con sus características pero adaptado al planeta en el que están. El avatar es lo que sería su cuerpo en ese planeta. Esta última idea es muy correcta, en otras condiciones físicas, gravedad, etc., y por tanto también unas diferentes condiciones biológicas porque la evolución habría ido de modo diverso, el cuerpo es diferente. En la película la idea de otro cuerpo se refuerza porque el protagonista en su «cuerpo de la tierra» es discapacitado, en su avatar no. Sin embargo seguimos en el terreno de la ficción, no hay nada ni remotamente similar de lo que tengamos pruebas de que exista realmente. A pesar de esto la cultura reproduce constantemente situaciones de este tipo donde el espíritu, o el alma o la mente, está separada del cuerpo, es decir es algo con existencia independiente.

La idea de que alma y cuerpo son separables ha sido potenciada por las religiones que buscaban una explicación a la inmortalidad del alma humana, el alma sería precisamente ese algo que sobrevive después de la muerte. Evidentemente al ser representada esta idea en la cultura con cierta frecuencia se cometen exageraciones, en general dando consistencia al alma sin cuerpo. Es decir considerándola un algo, una cosa, en cierto modo.

Sobre esta afirmación de las religiones, debo decir que las entradas de este blog al hablar de sixtinarelación alma-cuerpo (o como se quiera expresar), ni apoyan ni se oponen a la creencia en la inmortalidad del alma. Su objetivo es más bien utilizar estrictamente los datos científicos para hacer algunas constataciones sobre la unidad de la persona. Es importante darse cuenta de que se utiliza ese prisma de los datos constatables durante toda la exposición, es decir no se utilizan las creencias en el razonamiento, pero tampoco se establece que carezcan de validez.

Desde la filosofía especialmente Descartes establece la separación entre alma y cuerpo al distinguir básicamente la realidad en res extensa: literalmente las cosas que tienen extensión, es decir, los cuerpos materiales, el universo material y res cogitans: literalmente las cosas que piensan, los espíritus. Recordar que para Descartes su propia capacidad de pensar, el hecho de pensar es la única verdad de la que no puede dudar. Desde ahí parte para establecer el predominio del espíritu sobre la materia y también la inmortalidad del alma.

Tres ideas sobre la noción de persona en la historia del pensamiento

1. Fruto de un lento progreso.discobolo3

La primera idea  es que la noción de persona humana es fruto de un lento progreso logrado a lo largo de muchos siglos. Los derechos humanos que se desprenden de esa idea de persona son una conquista y como todas las conquistas se puede perder. El progreso logrado puede perderse del mismo modo que se ha logrado. A la vez tampoco es algo ya cerrado, es susceptible de ulteriores progresos. No se va a quedar estable está sometida a los cambios de la historia. En resumen está en nuestras manos como todos los productos culturales y tanto lo podemos enriquecer y mejorar como perder.

2. No hay un definición de persona y de ser humanodiscobolo6

La segunda idea es que no hay una definición de persona: no se pueden poner límites definidos, terminan por ser superados. La persona no es algo cerrado. No hay una esencia o naturaleza definida del hombre. El hombre es una conjunción entre la realidad de hecho, su sustrato biológico, psicológico y cultural y lo posible. Evidentemente hay una influencia fuerte de la época, del momento cultural, cada época escoge un grupo de valores, tiene un ideal de hombre y de mujer. Sin embargo, el ser humano está algo más allá de lo cultural: ni siquiera una sola cultura lo define.

Pero en el fondo depende de cada ser humano. El hombre es un ser abierto. Tiene múltiples posibilidades, no está definido ni en su cuerpo, lo puede moldear, elegir. Las metas de la persona son las determinantes.

3. Es una noción de persona como superación de los límites.

El hombre es movimiento, mejora y cambio: el mejor, el único capital real del que discobolo5disponemos es el tiempo. «Hegel dejó dicho que “el hombre no es lo que es y es lo que no es”. Se refería a que el deseo y el proyecto constituyen el dinamismo de nuestra identidad, que nunca se limita a la asimilación de una forma cerrada y dada de una vez por todas» (F. Savater, El valor de educar, p. 173).

Es también un forcejeo con los límites y su aceptación: límites biológicos, de tiempo, psicológicos: la herencia, de educación  y cultura. El hombre es grande porque sabe que tiene límites y porque al saberlo, descubre que también hay un más allá e intenta llegar detrás de ese límite, más allá.