Max Scheler, es un discípulo de Husserl, que desarrolla de modo personal la reflexión de este sobre los sentimientos. Nos vamos a fijar solo en un punto: la noción de persona. Dejamos su ética de los valores para otro lugar. Con ella Scheler ha influido notablemente en la ética conectándola con las emociones y buscando un enfoque personalista en contraste con el enfoque formal de Kant.
Para Scheler la persona se revela en cada uno de sus actos. La persona sigue siempre la ley de la totalidad: se da toda entera en todos sus actos, o no se da. La persona no se expresa, no aparece en lo que le pasa pasivamente, sino en aquello en lo que participa activamente. Esta es la base de la objetivación del espíritu. Nos expresamos con todo, la persona es un ser que se expresa, que necesita expresarse, comunicar, una palabra en un cuerpo que pugna por salir en todo momento y ese salir la desarrolla.
Hay que tener en cuenta que la persona es también cuerpo, este cuerpo es también palabra y participa de la expresión de la persona. Persona y cuerpo se encuentran ligados. Persona y cuerpo forman la clave de la comunicación humana.
La idea que se deduce, que se puede comprobar que tiene una fuerte influencia en nuestra vida de cada día, es que ponemos en todo un sello personal, una impronta específica, que no puede dejar de aparecer en lo que hacemos, tenemos un espíritu único, que se expresa de un modo que es posible reconocer. Tenemos una marca que se puede reconocer. Esa marca es la marca de la persona, en realidad lo que significa ser persona. Esto está en conexión con la experiencia de reconocer a una persona tanto por su modo de hablar, su caligrafía, su modo de relacionarse, etc. Esta singularidad es emocional, es la elaboración del sistema emocional de las experiencias vividas, algo que hace a cada persona enteramente singular.
Esta explicada de modo sintético, pero cada una de las expresiones está preñada de consecuencias y no podemos descuidar nada de lo dicho.
Esta noción de persona, en realidad una constatación fenomenológica de la realidad de la persona, va a influir poderosamente en el personalismo del siglo XX.