Superviviente

Comienzo con una imagen de Robinson Crusoe porque es el paradigma del superviviente que nos aporta la literatura. Su presencia continua desde su aparición en 1719 indica como acierta con el inconsciente colectivo.

Ser superviviente es algo más que haber pasado por un evento traumático o extremadamente complejo. Ser un superviviente puede convertirse en una configuración de la propia personalidad, algo que tiene consecuencias en el comportamiento diario, aún más, en como configuramos nuestra vida en si sabemos disfrutar de ella o no.

Ser superviviente es configurar la vida en actitud de supervivencia. Salir adelante, poder comer, tener un lugar donde vivir, poder atender las necesidades básicas se convierte en el objetivo central de la vida. No se busca la libertad, la espiritualidad de la vida suena a músicas celestiales, a cuentos para simples, buscar crecer y subir en la sociedad suena a algo lejano, algo que ahora no se puede atender. De fondo el interés de la persona va a ser conseguir lo necesario para vivir.

Cuando decimos yo quiero vivir la vida buscamos algo muy diferente a cuando decimos que queremos conseguir lo necesario para vivir. Esto último nos reduce a lo básico, lo primero nos permite darnos placeres, ir a disfrutar, poder disponer de recursos básicos que nos permiten divertirnos. Por así decir, cuando queremos vivir, buscamos elementos accesorios o accidentales que sin embargo son los que nos permiten disfrutar, buscar la felicidad, que decimos está en pequeñas cosas. Quien busca sobrevivir no está en situación de buscar esos pequeños placeres esos momentos de disfrutar en que la persona se permite gozar de la vida. En suma, quien es un superviviente, quien está orientado a conseguir lo necesario para vivir, no disfruta de la vida.

Ser superviviente tiene que ver con los valores, asimilados personalmente o no, de la persona. Los valores son los que marcan las elecciones, la prioridad que damos a nuestras elecciones. El superviviente elige como si siempre estuviese en una situación de carestía. Tiene ese valor incrustado en su sistema emocional.

¿Cómo se llega a ser un superviviente y no solo a pasar una temporada de dificultad? Bueno como casi todo en el ser humano no depende solo de lo que nos sucede sino de cómo vivimos lo que nos sucede. Sin embargo, es necesario haber pasado un tiempo de escasez, de falta grande de recursos, haber vivido marginado, una situación de carestía, mucho más si se pertenece a un país sin desarrollo, sin recursos, sin medios. Puede ser un cambio grande en la vida que nos ha golpeado y dejado en situación de sentir que no tenemos nada, hemos perdido familia, amigos, relaciones, trabajo, medios, recursos. Esa crisis la hemos pasado de un modo agudo y hemos sentido una gran pérdida, hemos llorado fuertemente todo lo que hemos perdido. La famosa frase de Scarlet O´Hara, protagonista de Lo que el viento se llevó (Gone with the wind): “Aunque tenga que matar, engañar o robar, a Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre” refleja precisamente haber pasado por una o más situaciones de aguda escasez y la determinación del superviviente: “nunca más volveré a pasar hambre”.

La configuración de superviviente se hace especialmente profunda si la situación de carestía se ha pasado en la infancia. Muchas formas de actuar se fijan en la conducta y se mantienen toda la vida: no tirar comida, es más acabársela, no dejar nada en el plato, siguiendo ese popular dicho del pobre: “antes reventar que sobre”. Pero no solo con la comida, con la luz, apagando cualquier luz que quede encendida, acabando hasta la última gota de la pasta de dientes y apretando el tubo ordenadamente para no perder nada, etc. etc. Las personas que han pasado guerras tienen muchos hábitos de este tipo.

Este tipo de configuraciones tiene que ver con los valores y la distinta experiencia vital de cada generación, también de lo que los abuelos transmiten a sus nietos. Si una generación sufre una guerra o una fuerte carestía, transmitirá la configuración a sus descendientes y es posible que llegue también a los nietos que viven una situación vital de medios muy diversa.

Llegados a este punto podemos decir que la configuración de superviviente no es mala en sí misma, muchos de sus hábitos son adecuados en la situación de extremo consumismo que vivimos cuando se confronta con la situación de carestía del planeta en su conjunto. El cambio climático y todos los fenómenos asociados al despilfarro humano de recursos, el planeta en dificultades, los océanos llenos de plástico, nos van a poner a todos en situación de supervivientes, en aprovechar integralmente los recursos, reutilizar y no tirar. Como vemos tiene muchos elementos positivos.

Lo negativo, como en todas las configuraciones personales, como en todos los sistemas emocionales, se produce cuando no se es consciente de que se es un superviviente o que se tienen hábitos de superviviente, cuando se pone en marcha como si fuese el único modo de actuar posible, como si fuese una actitud que nos da autoridad ante los demás. Lo negativo se produce cuando no somos conscientes de actuamos movidos por una configuración de pérdida adquirida en un momento determinado de nuestra vida.

Cuando el superviviente no es consciente de serlo, deja de disfrutar la vida, deja de poder elegir, deja de gozar de los pequeños momentos, de gastar en sí mismo las cosas que hacen bonita la vida. El superviviente que no es consciente hace difícil la vida a aquellos con quienes convive. Se convierte en tacaño, huraño, siempre protestando por los gastos, centrado en los medios y no en las personas y en su desarrollo.

Su problema son los medios y eso es lo que cuida. Esta sería la desviación que no ve. El superviviente está centrado en los medios y puede olvidar o no conseguir llegar a los fines, precisamente porque los medios absorben toda su energía.

Desde el punto de vista emocional se trata de una experiencia de escasez que produjo un miedo, precisamente a no sobrevivir o a lo difícil que es sobrevivir. Como sucede con todos los miedos ese miedo necesita ser afrontado y el superarlo, el éxito en conseguir la supervivencia es una experiencia que queda asentada. Sin embargo, si la experiencia es muy traumática o muy prolongada como son por ejemplo los valores recibidos en la infancia de figuras significativas es posible que queden grabado sin la elaboración necesaria y en tal caso tiene los efectos negativos de los que hablamos. Es necesario hacerlo consciente y trabajarlo para superar positivamente la experiencia.

¿Qué piensas del superviviente? ¿Alguno de los rasgos tiene que ver contigo y con tu forma de enfocar las cosas? ¿Conoces a alguien que piensas actúa como superviviente?

¿Cómo crees que el superviviente debería trabajar su miedo básico?

Deja un comentario