La presencia

11223936_s

¿Qué es la presencia? Durante tiempo he utilizado un ejemplo para explicarla. Imagina que una chica ha tenido una cita con un chico del que está enamorada. Cuando la cita acaba el chico toma el autobús para volver a casa. El autobús está lleno de personas, pero para ella no hay nadie presente, excepto su chico, los que están alrededor suyo realmente no les ve o les ve muy superficialmente, no van a dejar una impresión una huella en su memoria. Ella viaja con su chico presente. Esta presencia hace que todo lo demás pase a un segundo plano.

Si entendemos vivencia como una experiencia vivida que contribuye a formar la propia persona, solo es vivencia el encuentro con esa chica. En realidad el único encuentro es el que se ha producido en la cafetería, el autobús va a pasar por su vida como una experiencia sin huella, una experiencia indiferente, como agua sobre las piedras. El autobús no es un encuentro. El encuentro con la chica deja huella, impacto, y puede ser muy permanente, durar toda la vida.

Entonces tenemos ya los elementos para saber qué es un encuentro, un contacto con otro ser que produce una presencia en nuestra vida.

Si ahora volvemos a nuestra conciencia: ¿qué está presente en ella? ¿Qué tiene presencia para nosotros? Qué es significativo en nuestra vida, se ha ganado el derecho a estar ahí en nuestra vida. Tener presencia es estar en nuestra vida.

Y nosotros lo sabemos porque ese algo que está presente nos interesa. Presencia e interés están ligados. Algo tiene presencia porque ha despertado nuestro interés y mantendrá la presencia mientras mantenga el interés. Desde el punto de vista positivo, la presencia fija nuestros puntos de interés, desde el negativo, oculta lo demás. No nos fijamos en todo sino en aquello que impacta, que genera una presencia, aunque esta sea pequeña y efímera. Sin presencia no hay atención. Hay muchas cosas que pasan a nuestro lado que ni siquiera percibimos.

¿Quién o qué decide que algo esté presente en nuestra vida? La respuesta es sencilla, es nuestro sistema emocional, no nuestro sistema racional, no porque decidamos que algo va a estar presente lo está: no conseguimos poner interés en aquello que no nos interesa. Y el contrario también funciona, algo puede estar presente aunque “nosotros” decidamos no lo queremos atender, llamará poderosamente la atención, aunque no queramos.

Luego tenemos una trilogía: presencia, interés, atención. Nuestro sistema emocional decide que algo o alguien tenga presencia, en ese caso nuestro interés se dirige hace ese algo o alguien y detrás del interés la atención.

Aún a riesgo de complicarlo voy a añadir algo más: el elemento del sistema emocional que produce la presencia. Para mi es claro, ese elemento es el enamoramiento. La presencia está ligada al enamoramiento. El enamoramiento es un conjunto de emociones que se podrían definir como los sentimientos que otorgan presencia a algo en nuestra vida. Esos sentimientos son admiración y encantamiento. Ambos sentimientos contribuyen a fijar nuestra atención en ese algo con presencia en nosotros. Tiene presencia porque nos tiene atrapados, nos tiene encantados. Es decir la presencia tiene algo de mágico, hemos descubierto la magia de esa persona o de esa actividad y nos tiene admirados, nos inspira mucho respeto. (He hablado en este blog largamente del enamoramiento y sugiero al lector que acuda a esas entradas).

Recojo que la presencia suscita en nosotros magia y respeto. Por eso puedo concluir diciendo que la presencia se genera siempre en relaciones Yo-Tú, tal como las entiende Martín Buber. Son relaciones de iguales, y no puede generarse en relaciones de dominio o de explotación. Estas relaciones no generan presencia del otro, sino presencia de una imagen instrumental del otro: en qué sirve el otro para mí, luego siempre una caricatura del otro, no el otro en realidad.

La libertad en Martín Buber

Esta es la séptima y última entrada comentando el libro de Martin Buber, Yo y Tu (Caparrós Editores, Colección Esprit, Traducción de Carlos Díaz. 1998), que ha sido fundamental en mi evolución y en mi manera de comprender al hombre.

Caminando en la playa

Caminando en la playa

Parece que nos hemos ido muy lejos, pero ahora es fácil responder: ¿qué es para Martín Buber la libertad? Ahí va la respuesta: las posibilidades que se abren después de establecer una relación Yo-Tu. Sigue leyendo

El encuentro Yo-Tu en Martín Buber

Esta es la quinta entrada comentando el libro de Martin Buber, Yo y Tu (Caparrós Editores, Colección Esprit, Traducción de Carlos Díaz. 1998), que ha sido fundamental en mi evolución y en mi manera de comprender al hombre.

Avanzamos con nuestro Yo-Tu. «El Tú me sale al encuentro por gracia –no se le encuentra buscando» (…) «Toda vida verdadera es encuentro».

encuentro

encuentro

Sigue leyendo

La amistad y la igualdad

Otra característica clave y en este caso específica de la amistad, es la igualdad. La amistad introduce la igualdad en las relaciones. Las relaciones entre amigos son relaciones entre iguales y si no se consideran así no son amigos. En tanto que amigos son iguales. Si alguien es amigo de una persona importante, pongamos un ministro del gobierno, es amigo en la medida en que puede llamarle por teléfono y decirle: «¡Oye, Pepe!». Si no puede hacer eso no es amigo.5033448_s

Sigue leyendo

La amistad y la libertad

Una vez dibujada la amistad en los anteriores post, como sucesión discontinua de encuentros vamos a entrar en una característica clave de la amistad: la libertad. La amistad es libre. Se mantiene si se quiere y mientras se quiere. Nos duele la pérdida del amigo, el dejar de considerar amigo a alguien que lo ha sido de verdad, pero pertenecer a esa categoría de amigo depende en cada momento y siempre de nuestra libertad. No solo es libre la relación, es libre cada encuentro, llamamos al amigo cuando queremos, no estamos obligados a hacerlo. Precisamente alguien es amigo porque no nos cuesta llamarle y lo hacemos voluntariamente y de buen grado. Basta que esto desaparezca para que no tengamos obligación alguna de llamar al amigo.

20244527_s

Sigue leyendo

La amistad y los valores

Ya hemos visto que una clave de la amistad está en la aceptación. Desde luego el amigo debe aceptar nuestros valores, debe aceptar nuestras elecciones fundamentales. Es desde esta aceptación desde donde vamos a poder realizar el relato de nuestra vida, que se construye en el diálogo en los encuentros. Por esto la elección de los amigos es de una gran influencia en nuestra vida. Somos aceptados por el amigo, eso abre a la confianza, desde ahí también sus valores van a encontrar la puerta de nuestra existencia abierta y configurar sin trabas.

20771875_s

Sigue leyendo

La confianza en las relaciones

La primera sensación del encuentro es la seguridad. La percepción es la plena aceptación, y de ahí nace la confianza. La confianza se percibe como un nacimiento como algo en lo que no tenemos parte, que nace o no nace. La confianza se percibe como si o no, como si no admitiese grados, o la tienes o no la tienes. Darse cuenta de que la confianza admite grados implica comparar la confianza que otorgamos a diversas personas en diversas situaciones, necesita una revisión de la experiencia de las diversas confianzas vividas. Darse cuenta de que admite grados es una tarea de la razón alejada de la vivencia del encuentro.

7597261_s

Sigue leyendo

La amistad y el encuentro

La amistad está hecha de encuentros. Esta va a ser nuestra constatación de partida. ¿Qué quiere decir esto?

5033448_s

En primer lugar quiere decir que la amistad es una relación discontinua en el tiempo. A diferencia de la relación de pareja y su impulsor emocional, el enamoramiento, que, de modo general, busca una continuidad en el estar juntos, la amistad es una relación que se establece en momentos de encuentro y luego se interrumpe. Sigue leyendo