Escojo «Las Confesiones» porque es un libro cuya influencia en la formación de la interioridad es difícil de exagerar: Ha sido el libro más reproducido después de la Biblia hasta el siglo XX. Multitud de personas, especialmente las cultas, pero también populares, a través de la predicación de la Iglesia, han sido influidas por este libro.
Las Confesiones es el primer libro cuya finalidad es narrar la interioridad de una persona, sus sentimientos, esperanzas, ilusiones, afanes, anhelos, etc. El libro narra el proceso interior de Agustín, que pasa desde el paganismo y una gran sensación de vacío interior hasta el cristianismo, pasando por el maniqueísmo. Se trata del proceso interior de un alma inquieta, que se encuentra a disgusto entre todos los tesoros de la cultura clásica no cristiana, que conoce a fondo y busca «un alimento» que la llene. Su contexto es moral, con el bien y el mal al fondo: un alma que se debate porque descubre el mal en su propio corazón.
Agustín es un intelectual que conoce a fondo la cultura clásica, que recibe en un ambiente de platonismo. La insatisfacción que siente le lleva a un proceso de búsqueda de la felicidad, proceso en el que arrastra a multitud de seguidores. La felicidad para Agustín está en el bien. Su búsqueda es una búsqueda moral dirigida a combatir el mal en el corazón del hombre y al encuentro con el ser supremo, identificado como la fuente del bien.
Por esto el problema del mal es central en Agustín, que en un primer momento le concede realidad entitativa: lo considera parte de la realidad, y se adscribe al maniqueísmo. El maniqueísmo es una doctrina que afirma que hay dos principios de la realidad, el del bien y el del mal; el hombre se debate entre ambos, sin poder librarse en verdad del mal.
Las pasiones (que es el término en Agustín para sentimientos) son enemigos del alma, porque la inclinan a realizar el mal. Agustín entiende la interioridad como lucha contra las pasiones, especialmente las que tienen que ver con la carne (sexo).
El contexto de Agustín es el de una familia noble y desde su infancia vive las costumbres de su ambiente tradicional romano, no cristiano. Agustín está destinado a casarse con una mujer noble, un matrimonio de conveniencia política. Sin embargo, mientras se dedica a sus estudios su familia le asigna una concubina. Agustín tiene un hijo con esta mujer con la que convive bastantes años, desde la adolescencia hasta, más o menos, 24 años. La atracción que siente por ella y la dificultad que encuentra en hacerla marcharse, constituyen el trasiego interior que genera Las confesiones.
Esta visión dramática, muy enfocada en relación con el mal, con el mundo considerado como fuente de mal (Agustín recibe también la influencia de Antonio, que huyendo del mundo se va al desierto de Egipto, donde es tentado), ha influido muy poderosamente en toda la posterioridad de Agustín y todavía influye hoy con un peso no desdeñable, lo que a mi parecer indica la solidez de su razonamiento.
Tras Agustín la importancia del mundo interior de la persona, su propio proceso personal de búsqueda de la verdad, se convierten en algo central en la cultura. También la idea de que la persona individual la que lleva las riendas de ese proceso, la que decide. Libertad personal y proceso interior van de la mano. La verdad es afirmada por la persona. Agustín es el primer y muy importante paso en la definición de persona desde la vía existencial o del corazón.